TUOPIA.


sábado, 2 de abril de 2011

Necesito alguien....
Paso un buen tiempo desde la ultima vez que sentí esa necesidad de transcribir lo que siento, supongo que en parte tengo la culpa de abandonarme cuando mas lo necesito, mi cable tierra a veces se vuelve un dialogo interno donde conviven dos seres, uno que pregunta y el otro, que responde.
La verdad que tengo un lió últimamente adentro del marote, las reflexiones se hacen mas indóciles y recónditas, se pugnan por imponerse unas a otras, como células limpiando lo viejo, reponiendo y creando lo nuevo. Pareciera que así como cuando la vista se cansa, las palabras se entremezclan y crean oraciones inconexas e incoherentes también estos diálogos se unifican permitiendo que el revés se vuelva cierto, concreto y claro. Una cosa si es muy cierta, difícilmente encontré la plenitud ideológica, desde la sociedad, el individuo, el interés, el desinterés, la anomia, el altruismo, el egoísmo, la causa, la conclusión y el fin del sentido común, la búsqueda del des-prejuicio, la objetividad, el tratar las situaciones como "cosas", hechos de investigación o valores personales, morales y corpóreos se vuelve difuso y solitario. 
Aveces el dialogo externo se hace aun mas complejo, se vuelve incierto e inseguro. Probablemente por que ya no tengo la certeza de estar en lo cierto. Los diálogos se hacen bulliciosos, par e impar en un solo dígito. Las caras se hacen familiares y desconocidas, reales, verdaderas y fieles., diversas, distintas e independientes. Los gestos componen melodías borrosas a un ritmo desproporcionado, exagerados o menores de lo posible. La claridad esta claro que es un arte, donde el mejor postor invierte en su conocimiento, en la tranquilidad de lo verídico e incuestionable. La razón causa y efecto del pecado universal, el interes por lo real y lo posible e imposible, algo tan pequeño como curioso, tan soberbio e individualizado, general y pragmatico se convierte en largas discuciones de nivel intelectual, luchas historicas restistutivas y normas concretas de convivencia. Con todos los factores que el contexto construye tras de si, encontrar una forma de consistencia equilibrada   en todo estos pensamientos se convierte en una labor cotidiana, agria y gratificante al mismo tiempo. Quizas no sea por que entiendo lo que siento aunque por pensarlo dos veces lo permita variable, sino, por que quizas de esa forma estaría en paz conmigo mismo, tan solo acallando sus dos voces y afinando las cuerdas para cantar de nuevo.  


Tal vez no soy el primero, por que solo se que no se nada, pero al saber que no se nada, algo se.