TUOPIA.


viernes, 23 de abril de 2010

"La vida es como un paso de baile"

Algunas pequeñas miserias cotidianas, luego la cuidad y su calma.


Un día mas, el frió se oculta detrás de una bufanda y un abrigo. Se cierran todas las ventanas, los rostros pasan desapercibidos, se puede notar en todos y cada uno sus miradas perdidas di-vagantes dentro de sus mentes, cada vez mas pensativos, a lo mejor la llegada del otoño ayude. Quizás no sea ni la época o el día, quizás, sea cada momento en el que cada uno se refleja como un jueves de melancolía.
El encuentro de una esquina en el cual se define el descanso, la espera. Rostros que no son familiares se observan y preguntan sin pronunciar palabra, el viento comienza a desplegar sus transparentes alas. El transporte diario se hace esperar como siempre, ya no resulta raro.
Dos de ellos galopando a todo vapor aparecen detrás de aquella brisa, la ansiedad reposa finalmente.
- ¿Puedo pagarte? pregunto con respeto y en forma de plegaria, -no-, responde una voz seria y ronca sin ánimos de vida.
El segundo gusano de lata detiene su vasallaje en esta selva de cemento. la misma pregunta retomo con paciencia, la misma respuesta sin ánimos de vida, no perdona.
Una voz de aquellos compañeros anónimos regurgita lo que todos pensamos, - son todos iguales, así estamos.
Un tercer gusano aparece momentos después, este con mas ánimos y menos prisa, la misma pregunta con mas carácter y menos plegaria anteriormente utilizada.
Comienza su hoja de ruta, casi con desgano,una pasajera con aires de riqueza se acerca a aquel hombre al volante, no echemos culpas, somos todos iguales.
- En la próxima por favor, pide en forma de orden, se olvido que un sistema de transporte tiene sus reglas que todos respetamos. Creencia popular, tener beneficios a pesar de estas mientras todos nos agrupamos camino abajo del descenso. Ella baja de lo mas contenta por su puerta individual.
La educación es la próxima llegada, los ánimos son los mismos, cuesta retrotraerse de nuestras mentes a pesar de todas las voluntades impresas.  Experiencias y nuevas voces compartimos, cuesta creer que no son solo nuestros problemas los únicos. Una queja o dos, una solución o dos, ella pide a gritos con las vos baja.
Otra vos con un mundo en sus labios escupe unas palabras y me da la genial idea de esta forma de repasarla, - La vida es como un paso de baile-, dice ella, una o dos soluciones, mejor, una sola frase. 
Se cierran las puertas detrás nuestro, comienza la suspicacia, todos atendemos y olvidamos el recreo.
Que los cumplas feliz, un amigo espera, en el camino comparto un corazón con penas, que usualmente olvida su condición tras una sonrisa amena.
-El no acepta su condición, mi condición, la nuestra- dice, una pequeña es la que espera.
Se separan nuestros caminos un agradecimiento mutuo y un saludo, hasta mañana decimos a coro.
unos mates calientan estos dedos fríos y unas palabras son calor para finalizar este día. Sabores acompañan sobre una mesa de madera, acompañado de un vaso con vino, para acelerar esos latidos espontáneos.
Sobre mesa, y los cuentos aparecen, de todos ellos me quedo con uno aunque todos sean buenos.

Un padre se acerca a su hijo, (le da comienzo el, para resumir una conversación para cambiar el mundo), le muestra un mapamundi, -hijo, presta atención, voy a decirte algo y si logras después tu tarea, para mañana mismo tendré una bici para ti de regalo. Quiero que prestes atención, ¿vez este mapa? si logras rearmarlo, prometo cumplir mi palabra. 
Finalizadas estas palabras, toma el mapa y lo corta en miles de pedazos.
Pasa la noche y el despierta, se sirve un café y su mujer se acerca.- Espero que recuerdes lo que le prometiste a tu hijo- dice ella., -¿Que cosa?-, piensa unos instantes,- !!no me digas que logro rearmar el mapa!!. - Ve y asombra te por ti mismo- responde ella.
Se acerca y el hijo sin vacilar pregunta, - ¿donde esta mi bici?- con una picara sonrisa, - no tan rápido-, dice el, - muéstrame primero el mapa-. el niño busca entre el desorden, - acá esta-, responde, el brillo de los ojos se muestran impasibles, - No lo puedo creer..., has de haber tenido ayuda- mira a su madre. - a mi no me engañas le ayudaste- ella niega con la cabeza. -Esta bien-, dice el, - si es necesario pediré un plan de cuotas para tu bici, pero primero dime como lo lograste-, pregunta con asombro, - muy fácil-, responde nuevamente, le muestra su reverso, el rostro de un niño ocupa su lugar. - hay que ver al niño, para reconstruir al mundo.

Un te con aromas a campo relajan los ya dormidos músculos, aroma incomparable que anuncia el descanso prolongado, Un amigo abre su alma, lo escuchamos con suma atención. Una tensión oprime su pecho, descarga, soledad describen sus palabras.
 Me acompaña a aquella nueva parada, donde los gusanos se alimentan de esperas. La ciudad parece un desierto, tan calma es horas antes que la agitada vida de sus habitantes ocupen cada rincón, cada cuadra. Esta vez rápidamente, casi volando, es un cien-pies y se refugia en su interior.
un susurro musical acaricia los oídos de los dormidos pasajeros, "en el boulevard de los sueños rotos" y una sonrisa se me escapa.

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