TUOPIA.


miércoles, 21 de abril de 2010

Sin sentido, capitulo primero.


Somos sentidos, somos parte de un todo.

Encontrarnos con uno mismo es la esencia del ser humano, entender que somos humanos, no tenerle miedo a la sensación de reflexión e introspección. el mirar el sendero el cual estamos transitando, el sentarnos a la vera de este sendero y encontrarle sus desajustes, mirar cual es el cause de su recorrido, su relieve y sus recodos.
el mirarlo sentado, el pararse y mirarlo un poco mas de arriba, redondear-lo y recorrer sus contornos. En si, saber si este sendero es el indicado o quizás debamos elegir uno nuevo para continuar. y tampoco es malo el camino anteriormente elegido, quizás también sea mejor el conocer muchos caminos, el experimentar diferentes sensaciones humanas de encuentro y des-encuentro. si algo esta claro también, es que, el destino que encontremos aun, no lo conocemos. y la ultima parada de la vida, para todo humano, al fin de cuentas es el mismo. Creyendo o no creyendo, y consideran do que si no conocemos nuestro ultimo destino en vida, tampoco podríamos conocer el destino después de ella.
pero antes de este destino, volviendo a nuestro sendero, podemos perfeccionar nuestro camino, el caminar, el ser un caminante de la vida humana.

(paréntesis)

No hace tanto, hace unos días atrás, participe de una experiencia y mas allá de esta, que en otro momento les comentare, se tomo como mensaje inicial El poder descargar una mochila, aunque sea por un instante, un momento, un día o una hora, aquella mochila que hacen mas dificultoso recorrer este camino. 

(Retomando)

 Aunque sea por un día y al lado de este sendero, disfrutar de su paisaje, sus sonidos, sus diferentes aromas.
podemos también encontrar en esta vera de camino, otros caminantes que nos detenemos a conocer, revivir sus experiencias y compartir la propia, si bien podemos comprender de esto, también, es que, si el caminante no se detiene, jamas podría comprender hacia donde esta dirigiéndose. A veces necesitamos dirección y sentido para continuar.
sentir que en ese camino también otros caminantes escriben su historia, es algo que llena a uno de vida, el comprender que no nos encontramos solos en este sendero, que otros recorren sus miedos, sus des conocidas esquinas. Saber que en este camino, en este sendero no solo nos detenemos a compartir si no también enseñar, como dijimos antes. Así como necesitamos direcciones, también las damos.

así que, caminantes, agarremos nuestras mochilas y recorramos este sendero que tanto tiene para aportarnos y disfrutemos de el en cada instante. ¡ser humano y vivir en libertad es lo que mejor podemos y sabemos hacer!.





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